sábado, 5 de octubre de 2013

Jonathan Viera tampoco la tiene pequeña



-Noticia vía MARCA

Un tanto de Jonathan Viera de penalti dio la victoria al Rayo Vallecano sobre la Real Sociedad. El grancanario, que entró en la segunda parte, respondió al mensaje de Paco Jémez en rueda de prensa con una actuación decisiva. Entró para darle a su equipo lo que le estaba faltando hasta ese momento y provocó en los últimos minutos el penalti que decidió el encuentro. La Real, que no gana desde agosto, no levanta cabeza.
Necesitaba una reacción el Rayo como fuera. En su situación, valía igual ganar con comodidad o con un tanto de penalti en los últimos minutos. Se dio la opción B, aunque los madrileños hicieron méritos también para la primera. A pesar de las urgencias, los de Jémez no se salieron de su guión habitual en la visita de la Real Sociedad.
Los vascos, en cambio, están muy lejos de aquel equipo que enamoró la temporada pasada. Puede que sea la carga de partidos, que se deba al cambio de entrenador, o incluso a la marcha de Illarramendi. El caso es que hay algo que no termina de funcionar en la Real.
Sea cual sea el motivo, el caso es que el partido que se pudo ver en Vallecas fue más aburrido que otra cosa. La primera parte fue de dominio local, con un par de buenas ocasiones de Adrián y Larrivey que se estrellaron en los palos.
En la segunda mitad la Real trató de reaccionar y tuvo alguna buena oportunidad para romper el empate. La más clara fue para Agirretxe, que desaprovechó inexplicablemente un pase de la muerte de Vela.
Arrasate, valiente, buscó la victoria con dos delanteros, pero no fue suficiente.
Por su parte Jémez demostró que una cosa es sacar el látigo y otra no ser inteligente. En la segunda mitad dio entrada a Jonathan Viera, al que había dejado en el banquillo por su expulsión en Sevilla. Tras el rejonazo público en rueda de prensa, el grancanario respondió con una actuación decisiva. Aportó frescura y valentía al ataque rayista y provocó el penalti que acabaría por resolver el partido. Se plantó en el área tras una pared en la frontal y esperó el contacto con Bravo para forzar la pena máxima. Lejos de arrugarse, cogió el balón para tirarla él mismo.
El resultado, ya lo saben. Gol, victoria rayista y redención pública del Romario de La Feria ante su nueva afición. A veces, la mano dura da resultado.

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